martes, 20 de septiembre de 2011

Minería argentina y medio ambiente. La fuerza está en la unión

Integracion minera


¿Por qué se continúa buscando dividir al desarrollo industrial y al medio ambiente? La industrialización del país es tan necesaria como el cuidado de su biodiversidad. De lo que se trata es de construir un país más inclusivo, más emprendedor y sostenible: eso implica la unión de las industrias pujantes con el cuidado de la tierra.

Siempre que una propuesta comience con una negativa hay que dudar de la misma y de su carácter. Es decir, “No a la minería” –o a cualquier industria- en el fondo no es mas que una proclama contra una fuente de progreso, en este sentido es una no-propuesta. Si lo que se propone es cuidar la ecología, defender el ambiente, lo que hay que proponer son estándares y leyes que combatan las deformaciones o los impactos que pueden provocar las industrias.

Todo impacto negativo debe ser controlado y hasta sancionado, pero esto dista demasiado de reprimir una industria entera. Es muy probable –diríamos casi un hecho- que las actitudes anti-minería soslayan todos los esfuerzos que realizaron y realizan hoy entidades, personas, empresas en defensa del medio ambiente. La actividad extractiva tanto a nivel nacional como provincial, viene hace mucho tiempo efectuando acciones de preservación de la biodiversidad es por eso que las contracciones que modo sistemático satanizan a la industria resultan ajenas a trabajo constante que se viene haciendo hace tanto tiempo.

Incorporaciones constitucionales

Desde la reforma de la Constitución Nacional de 1994 donde se añade en el artículo 41º, que el Estado es el encargad de garantizar el derecho a un ambiente sano, previendo la obligación de recomponer el daño ambiental. Asimismo este artículo prevé que el Congreso dicte presupuestos mínimos de protección, quedando en manos de las provincias dictar las normas que los complementen.

De hecho, los avances también se realizaron a nivel provincia. La provincia de Córdoba, reformó su Carta Provincial (2001). Esta modificación recogió en el capítulo 3° una idea muy clara sobre ecología, medio ambiente y calidad de vida. En tanto que así artículo 68° también contenía una taxativa idea al respecto: “El Estado provincial reconoce la potestad del Gobierno Federal en el dictado de la política minera; fomenta la prospección, exploración y beneficio de las sustancias minerales del territorio, realiza el inventario de sus recursos y dicta leyes de protección de este patrimonio con el objeto de evitar el prematuro agotamiento de su explotación y su utilización irracional”.

Con esto podemos observar como al tiempo que se necesita fomentar la industria extractiva y sus tareas conexas, también se legisla acerca de la protección ambiental. Es por ello que insistimos en poner una “y” allí donde otros imponen una “o”: no es minería “o” medio ambiente, sino minería “y” medio ambiente. La inclusión de ambos elementos es necesaria para el crecimiento del país. De manera que una mirada que contenga a través del orden jurídico la relación entre ambos permitirá al país gozar de oportunidades de crecimiento más estables.

No es un dato menor pensar que nuestro país no posee una tradición minera amplia, y que en este sentido también las legislaciones al respecto escasean o bien son nuevas. La mayoría de los países del Primer Mundo o bien de países con pasado minero poseen una protección ambiental dilatada y funciona por medio de instituciones muy prestigiosas. Pero ese el camino a seguir, y no el de la critica destructiva y la satanización.

La Sustentabilidad como garantía y como camino

Tampoco es por demás señalar que la noción de sustentabilidad hoy es la madre de casi todos los proyectos que se realizan. Esta opera como una suerte de garantía ética que transforma los proyectos actuales en esperanzas futuras. Hoy el desarrollo productivo mundial encuentra en la Sustentabildad una base en la que asentarse.

La minería, también conocida como la “madre de industrias”, es un factor de crecimiento estratégico. Por añadidura, no se la puede desestimar sin mayor discernimiento con arrebatos pseudo-ecologistas. Si de lo que se trata es de proteger el medio ambiente hay que procurar herramientas para ello, la minería en Argentina ha llevado adelante numerosas acciones en este sentido.

Se podría decir que se esta trabajando en la creación de una conciencia sustentable y ambiental, que incluye tanto empresas, como sus gerentes, operarios, y que derrama sobre la ciudadanía toda. Por su parte, los gobiernos en todas sus jurisdicciones -nacional, provincial y municipal- poseen un lugar esencial desde donde hacer cumplir las normativas sancionadas para preservar la calidad del ambiente.

Argentina debe propender hacia un crecimiento y una expansión progresiva de su potencial productivo exigiendo más y mayor cuidado de su medio ambiente. pero potenciando ambos ejes de un mismo desarrollo. No se puede pensar que es uno sin el otro. Las sociedades mas avanzadas, y, en este sentido podemos incluir, sustentables son aquellas que prestan atención a su futuro, y este esta atado tanto a su devenir productivo como al cuidado de sus condiciones ambientales.

Proyectos sustentables. Minería y medio ambiente.

Nuestro país posee recursos naturales formidables que, a su vez, abren oportunidades productivas que cualquier otro país envidiaría. Explotarlos de manera responsable fomentando que su comunidad origine proyectos autogestionados y sostenidos es también una de las llaves que abren el camino del desarrollo.

La industria minera ha forjado buena parte del crecimiento argentino de los últimos años demostrando que un país puede generar alternativas productivas, aun con sectores a los que la tradición no favorece a primera vista. Sin embargo, por este mismo motivo la industria se ha visto atacada por los “ambientalistas”. Aun así en la actualidad y con el desarrollo minero en pleno auge el país no registra ningún pasivo ambiental de envergadura.

Esto significa que es una industria que toma los recaudos necesarios para con la tierra que explota. Eso significa, por añadidura, que es una industria con mentalidad sustentable. En rigor, Argentina puede preciarse de ostentar un posicionamiento muy interesante en el camino hacia la consolidación en esta categoría. Es decir, que a partir de un trabajo sumamente eficiente en el plano ambiental tiene la posibilidad de erigirse como un país atractivo.

En el mismo sentido, la idea de que se desarrollen en el nivel comunitario proyectos autogestionados y sostenidos es otra de las oportunidades que se abren para que el crecimiento derrame hacia la sociedad toda.

Una enseñanza esta dejando la industria minera: ha atraído capitales para nuevas inversiones, abre nuevas experiencias con comunidades olvidadas económica y socialmente, permite el crecimiento de empresas que otorgan una gran fortaleza a la actividad, en otras palabras ha logrado tomar conciencia de la importancia de un despliegue serio y sostenido. Y aún más ha tomado en cuenta el cuidado del medio ambiente como una clave para crecer de manera sustentable.

Las leyes para crecer

En consonancia con lo antedicho, la minería ha adoptado en el transcurso de su escalada diversas normativas y legislaciones. Por el caso, un ostensible antecedente es la reforma de 1980 que introdujo en el Código de Minería toda una novedad: la “preservación del ambiente”, tanto para las explotaciones de pequeña y mediana escala como para la gran minería; en ese caso el artículo 434, inc. c) imponía al contratista la obligación de adoptar las medidas necesarias para evitar la contaminación del ambiente, daños a personas, bienes, recursos de la zona donde se llevan a cabo las tareas de explotación y demás tareas relacionadas con ellas.

Continuando con esta tendencia cronológica podemos agregar que ya en 1993 con la aprobación de la Ley de Inversiones Mineras (Nº 24196), asoma la gran minería que va a dedicar sus esfuerzos a la exploración y explotación de minerales metalíferos. Esta comenzará a dar forma a procesos con tecnología de punta y asimismo, puna comercialización sólida en los mercados mundiales.

Con esta ley se produce un importante movimiento para la minería, que se ve reflejada en inversiones y desarrollos. Con ello vino a colación el desarrollo de una legislación que tuviera en cuenta en el fuero nacional un régimen interdisciplinario minero ambiental. Esto dio como resultado un proceso que encontró su término final con la sanción de la Ley 24585/96, que con el tiempo se convirtió en la primera ley ambiental del país que tuviera como objeto un área determinada de la economía.

Cabe destacar que esta ley contiene en su seno una relación muy estrecha entre Minería y Medio Ambiente. En este sentido, toma a su cargo algunos eslabones esenciales para que la relación se orqueste de manera armónica. Ejemplo de esto son los Instrumentos de Gestión Ambiental, los Informes de Impacto Ambiental (IIA) y la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), en tanto constituyen los principales instrumentos de la Política Ambiental.

La instrumentación de estos elementos ha sido de gran importancia para esclarecer y sustentar las acciones mineras. Por caso, el IIA es un documento que detalla un proyecto minero de prospección, exploración o explotación, también describe el medio en donde se desarrollan, el impacto ambiental que producirán y las medidas de protección del ambiente que se plantean. El próximo paso es que la autoridad de aplicación evalúe el IIA y que pronuncie la aprobación (o no) a través de una Declaración de Impacto Ambiental para cada una de las fases del proyecto o de implementación efectiva.

Como señalamos habitualmente, la minería ha dado sobradas muestras de su capacidad para responder desde diferentes planos. El productivo, el económico, el social y el ambiental son planos diferenciados que la minería logra aunar y ponérselos como objetivos para cumplir. Todas estas aristas componen un esquema completo de lo que la industria significa para el país.


Fuente: FUNDAMIN

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