lunes, 9 de mayo de 2011

Minería y Realeza: realidad y cuento de hadas

Históricamente, la Realeza mundial se diferenció del mundo plebeyo no sólo por su capacidad de decisión en torno a los asuntos de la Corona, sino también por la majestuosidad de sus eventos.
De acuerdo a protocolos establecidos hace añares y gracias al desarrollo tecnológico, el mundo observó la celebración de la última boda real el viernes 29 de abril pasado. Con algunos detractores y miles de seguidores, el protocolar carruaje que también llevó a sus padres en su boda en 1981, se encargó de pasear a los nuevos esposos hasta el Palacio de Buckingham.
Oro, acero fundido y forjado, bronce, y caucho, fueron los responsables de brindar al traslado de los novios ese elegante y sobrio aspecto, propio de la nobleza.
Durante el evento,  sin las cerámicas de porcelana fina,  los cristales de copas y vasos y los cubiertos de plata, la comida no hubiera pertenecido a la protocolar realeza.
Los ojos del mundo estuvieron puestos en este evento. ¿Cómo? A través de cámaras de televisión, Internet, recibiendo información vía celular, etc. Dos millones de personas pudieron ver el evento vía youtube y señales de televisión. Sabemos, a través de tantos posts desarrollados sobre la teconología, los materiales involucrados en estos medios (carbonato sódico, feldespato, piedra caliza, silicio, boro, plomo, estroncio, bario, fósforo, arcillas, azufre, mica, oro, cobre, aluminio, acero, litio, cromo, titanio, plata, cobalto, etc) y el papel fundamental que juega la minería en ellos.
La minería pudo contribuir a que la historia se repita una y otra vez tal como si fuera un cuento de hadas. Y tal como el público mundial espera de semejante evento.

(Fuentes: The National Mining Asociation)

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