viernes, 26 de agosto de 2011

No a la minería en una gran pequeña provincia


Acorralado, el PJ rechazó el proyecto San Jorge

La dirigencia política de Mendoza le pegó el tiro de gracia al proyecto minero San Jorge, el mismo que llevó horas de debate y ríos de tinta en los últimos dos años.

La decisión apresurada y la actitud saltimbanqui de los legisladores cuyanos seguramente no moverá la aguja de la Historia ni tampoco alterará la zozobra neurótica que hoy envuelve a los mercados, incluidos los de los metales del mundo.

Pero sí deja una lectura penosa a los que siguieron de cerca este proceso rico en lo dialéctico que incluyó diálogos, audiencias e informes de impacto social y ambiental en Uspallata, en Las Heras y en toda la provincia.

“Mini Mendoza” tituló un medio local para referirse a la jugada radical-peronista que mandó al archivo una proyección de inversiones de US$ 300 millones y puso al desnudo la pequeñez de una dirigencia que no hace honor precisamente a Emilio Civit, Francisco Gabrielli y tantos otros que hicieron grande a la más grande de Cuyo.

En los últimos días se hizo harto patente que la minería -no San Jorge, la minería-, había quedado nuevamente rehén de la puja electoral mendocina.

Pero hay diferencias entre lo de ayer y el parto de los montes de julio de 2007, cuando la mediocridad del Cleto Cobos le llevó a borrar de un plumazo el enorme potencial minero de la provincia para abolir conflictos que pudieran perturbar su contubernio kirchnerista.

Un contraste es que, a propósito de San Jorge, hubo un debate largo acerca de la sostenibilidad ambiental y social de la actividad minera. Otro, no menos notable, es que han pasado años de desarrollo minero en la vecina San Juan, la hermanita pobre de toda la vida que no muestra aguas envenenadas ni niños con dos cabezas por la actividad de las minas.

Sí se nota, al Norte de Media Agua y eso se lo enrostran los sanjuaninos a sus vecinos cada vez que pueden, hay más prosperidad, PBI, PBG, trabajo, inversiones, radicaciones de empresas, etc, etc.

“Cambié de opinión” ha sido la lacónica explicación de Paco Pérez, el candidato K que seguramente no se enteró que su partido y su gobierno han declarado a la minería Política de Estado de la República Argentina, ni tampoco escuchó a su venerada Presidenta defender la minería con cada vez más énfasis.

Es lógico lo de CFK. Cualquiera que gobierna sabe el valor y el peso del 5% del PBI, como para andar tirando posibilidades por la borda.

Pérez, si es elegido gobernador, parece haber resuelto ese problema. La plata genuina que le falte a fin de mes, irá a mendigarla a Buenos Aires.

Muñeca no parece ser lo que le sobra. Si a alguien le cuentan le zafarrancho que armó Pérez con su brillante gurú K, Mario Riorda, con el proyecto de consulta popular vinculante y cómo terminó acorralado por una fuerza que en las primarias nacionales estaba 30 puntos por debajo, probablemente no lo crea.

Lo de los radicales mendocinos de Roberto Iglesias exime de todo comentario. Muchos correligionarios del partido de Hipólito Irigoyen hace tiempo que eligieron a la minería como un blanco K, por encima de cualquier explicación técnica, científica, económica y social.

Claro que lo de San Jorge es una pérdida, sobre todo para Coro Mining, que apostó su trabajo a romper el status quo mendocino. Aunque termine mudando el proyecto a San Juan, como especulan algunos, para procesar el cobre donde la minería sí es bienvenida, la lección no deja de ser amarga.

Ahí va Mendoza con su dirigencia siglo XXI. ¿Cómo hacer buen vino de una cepa enana?, preguntaba en una canción el sabio Joan Manuel Serrat.

Daniel Bosque  - Periodista y Director de Mining Press 

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