domingo, 29 de enero de 2012

Una excelente nota sobre el eco facismo

Amigos para nosotros un placer compartir con ustedes esta nota publicada hace unos días en el blog Los Caniches de Perón

Para leer, reflexionar y sobre todo difundir


"Ecofascismo"las internacionales ecologistas y las soberanías nacionales”

Jorge Orduna, el periodista y ensayista argentino, escribió un libro denominado “Ecofascismo, las internacionales ecologistas y las soberanías nacionales”, que lejos de pasar desapercibido fue casi silenciado en las discusiones mediáticas.



Algunos párrafos del Libro:



Los medios tienen una lógica –una matriz- publicitaria, es decir todo debe circunscribirse a la velocidad de un slogan. La economía de las palabras y del saber mandan. Con mensajes cortos, superficiales, pero bien efectivos los medios lograr ser eficaces para los ecologistas. Es decir, dice Orduna, "hay un triunfo del simplismo publicitario frente al saber científico y profundo".

Veamos esto en detalle y según la lógica analista del autor. Según él, a la hora de tratar un tema ecológico, los medio eligen mal: “lo mas importante es el hecho de que con frecuencia el periodismo consulta al periodismo equivocado” pero esta elección no es algo casual. La simplificación y el empobrecimiento de la complejidad del tema a tratar es la primera operación. “Los productores, los periodistas consultan directamente a un científico y dan por sentado haber dado con la última ratio respecto del tema”. Y está claro que los ecologistas encontraron en esta lógica un lugar ideal a explotar.

Es decir, en lugar de hablar con diferentes especialistas con diversas miradas para que la audiencia enriquezca su mirada, sólo toman la visión del ecologismo publicitario, en tanto son rápidos y petardistas. Esto, para los medios, es preferible que escuchar a un científico que hable con precisión y lenguaje técnico. Esta forma de presentar y explicar el tema es la preferida de los medios y les permite a las organizaciones ecológicas derramar su discurso apocalíptico. Con frases pegadizas, resonantes, que favorezcan la repetición y la redundancia a los fines de la recordación, los medios se erigen como el espacio ideal para vulgarizar la relación entre el hombre y la naturaleza.

En consonancia con lo anterior, vale pasar a la otra operación retórica que es la explotación romántica de la cuestión humana. Explica Orduna: “Explotando el sentimentalismo, se fomenta la proyección de valores, cualidades y concepciones humanas sobre los seres del mundo natural, se induce una visión acientífica de la realidad y se manipulan multitudes en función de una estética que no surge de la objetividad, sino de intereses de mercado. Sin embargo, esa idea del mundo se instala masivamente generando actitudes que no provienen de una información veraz, completa y oportuna.

El predominio del esquematismo y, la simplificación hacen de la información una excelente mercancía.

Orduna trae una frase clave “No a la minería”. Y luego sutilmente esclarece: “¿Qué pensaríamos de un maestro de primaria que dejara caer la frase: todos los hombres son desiguales", sin explicitar cómo y en qué y sin impedir, aclarando el contexto, las previsibles y probables interpretaciones?”. El debate, el saber científico se expulsa para dejar la puerta abierta simplemente al slogan.

Porque para los medios es mas fácil decir “No a la minería” que debatir el futuro productivo del país, porque en última instancia algo de eso implica la frase. ¿Se puede estar en contra de una industria, de una marca? No es mejor explicar y debatir por qué es preferible inclinarse por una que por otra, a través de los beneficios, la potencialidad que posee, etc.

La ciencia se opaca al lado del vértigo publicitario. “La ciencia exige precisión en el lenguaje. Y esta precisión es con frecuencia un estorbo para la publicidad, que necesita moverse con asociación de ideas, imágenes y un mundo sencillo y extremo, en blanco y negro. Pero claro, "nadie debería vender ecología con los mismo métodos con que se vende un jabón” apunta de manera inteligente Orduna.

La publicidad posee un orden que le es propio pero que es refractario a la ciencia con su lentitud y profundidad. Lo malo no es la publicidad sino que los medios sólo dan crédito a su lógica, y no es lo mismo un jabón, que el futuro productivo de un país, ni un celular de última generación, que la generación de puestos de trabajo. En todo caso, el celular, la cámara con la que los medios hacen sus programas suelen tener origen en una misma industria, que es la industria en cuestión.

Orduna señala que el gran logro de las organizaciones ecologistas “consiste en haberse ubicado como punto de referencia, información y consulta para el periodismo en todo lo concerniente a cuestiones ambientales”. Se han posicionado como “fuente de referencia objetiva, neutral, apolítica, y la carencia en las instituciones científicas estatales y académicas, de una estructura dedicada a proponerse ante los medios como referentes prioritarios”.

El appeal publicitario, joven y ardoroso de las organizaciones ecologistas han generado un transmitir desde los medios una imagen de un mundo a punto de estallar. Dueños de una verdad que no se discute, a la que parece no haber argumento que se pueda oponer.

Humildemente consideramos importante el texto de Orduna, en la medida en que aporta una mirada que el público común podría obtener para contrastar con el bombardeo diario.-

Insisto: Todo esto debe asociarse con el Desarrollo de una Minería Sustentable. De ningún modo quien desarrolla el trabajo y análisis del esbozo que precede al presente párrafo, consiente y/ú avala ninguna idea de explotación minera que sea violatoria de las normas que rigen la materia y mucho menos será cómplice por acción ú omisión respecto de contaminación alguna, que no sea aquella "natural" por cualquier hecho y/ú actividad del hombre, porque en definitiva, todas y cada una de nuestras actividades son contaminantes.-

Es mi obligación como ciudadano comprometido con el pasado, presente y futuro de nuestro país, aportar algunos elementos para el debate. Fundamentalmente, para poder sacar nuestras propias conclusiones sin ser -pensados- manipulados mediáticamente por intereses no siempre protectores de lo que dicen predican proteger.



El Chino.

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